Con 13 grados mientras llovizan en Valdivielso recurrir a las notas del verano de Vivaldi es una buena terapia para soñar con que el estío vuelva a ser lo que era. A Juan esta vez le presentamos a Manolín, hortelano y jotero.
En las tardes de verano mi madre y mi abuela empapaban con agua del pozo la fachada y el solado, ya en sombra, de la parte de atrás de casa. Entonces, un atrevido olor a tormenta comenzaba a entrar lentamente por el pasillo hacia el interior.
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Era la señal.
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Antes de que ellas dejasen los cubos apilados detrás del enorme tiesto de la entrada, yo estaba volando en bici camino del viejo puente de madera del río para apurar, hasta el agotamiento, otra tarde de verano. Fotografía y texto: Aurora Espiga.
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Juan Clásico - El verano de Vivaldi y la jota de Manolín Julio2011 |
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