Es esta una ciudad donde al abrir una puerta puedes viajar … viajar casi dos mil años. Pisaremos mármol muy frío y nos envolverá una luz muy tenue, cargada de silencios y de sombras. Un tanto sobrecogidos notaremos una ligera pendiente en el suelo. Si nos dejamos llevar por ella, acabaremos frente a una oquedad estrecha, oscura y llena de olor a verde mojado; al atravesarla una estancia de paredes lisas, blancas, no muy altas, llenas de signos y con un indescifrable olor, nos indicará que hemos llegado a la Ciudad de Los que Ya se Fueron hace mucho, mucho tiempo…. la oscuridad es ahora mayor y la sensación de frío definitivamente se apodera de nosotros …

Al, afortunadamente, regresar de este periplo en el tiempo el sol estaba de retirada pero yo lo he notado caliente, vivo y tan brillante y lleno de fuerza como la voz que hoy les dejamos …

Roma… Pavarotti.

De los 25 miembros de la familia Fernández de Población que aparecen en esta vieja foto, no sé nada. Ni siquiera podría situar dónde se tomó la imagen. No sé si los sombreros salacots que los niños tienen en sus manos los trajo alguien de Filipinas o si son parte del decorado que a veces llevaban los retratistas. Todos los hombres visten chaqueta, aunque solo el de arriba luce corbata. Me sorprende que tres de ellos lleven lo que intuyo es una pluma de escribir en su bolsillo superior. ¿Dónde mira ella? La mujer sentada a la derecha. Decidme algo.

Esta imagen de ayer nos ha hecho recuperar la voz de nuestra querida Sagrario, para hablar de las riadas de antaño. Especialmente grande fue la del 41 y ella la vio desde el Carraspal. Ya viviendo en Puentearenas, recuerda como se soltaban los cerdos para que huyeran al monte. Hoy que el Ebro crece pero está regulado su caudal, recordamos como era la vida cuando venía suelto. Marcos vigilaba el río poniendo palos para saber si el nivel subía. Él era el encargado de avisar al pueblo. El río a veces parecía el mar, la iglesia estaba en mitad del agua y la humedad de las casas no se iba en mucho tiempo. No había luz, solo silencio. Nada se sabía de Protección Civil o Confederación Hidrográfica.

Ni la nieve del suelo, ni la lluvia del cielo pudieron el sábado con la danza del gallo. Cerca de 80 personas nos juntamos en El Carraspal bajo la lluvia para mantener la tradición carnavalera de Valdivielso. La Charanga de Marcus, reforzada con Luis Andrés, fue la encargada de musicar la danza y las chicas del coro volvieron a darle colo rojo al evento. Pese al comienzo mojado, después se pudieron abandonar los paraguas. Aquí os dejamos una reseña sonora y algunas imágenes que muestra que el relato es verdadero. ¡Feliz martes de carnaval!

"Cuatro curas de Zamora se rebelan en defensa de un mundo rural vivo" leímos en un titular de "El Norte de Castilla". Eso nos hizo localizar a Teófilo Nieto, uno de esos curas al que pedimos que nos explicara su iniciativa. Defienden que los pueblos no son solo un lugar de ocio sino una alternativa de vida. «Queremos denunciar lo que nos parece que está mal y proponer cosas porque tenemos posibilidades», defienden desde Pastoral Rural Misionera.