A estos casi mágicos baños se accede después de atravesar un inmenso jardín lleno de luces y de sombras, de diminutas flores, de robustos árboles. Regalo para una mujer que jamás reinó, un rey los mandó construir en tierra de conquista y en su interior se escuchaba y se escucha el incesante sonido de bolas cristal de agua procedente de fuentes cercanas.
La música de esta ocasión es ligera, transparente, brillante, es… el sonido de bolas de cristal de agua que procedente de dos fuentes cercanas y lejanas a la vez hoy nos llega y que ha hecho que al escucharla regrese de nuevo a estos baños de ensueño que para su amada un hombre mandó construir allá, en las tierras del sur. Texto y foto: Aurora Espiga.
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Juan nos presenta "Aria" de Bach con Félix
Marz2014 |
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