Luis de Puentearenas me habló el otro día de su abuela Laureana, partera de Puentearenas, de Daniel, que iba con su burro blanco y con San Antón bendiciendo los animales del valle. Me habló de cuanto le gustaba estudiar y de que, después de las clases, tras ayudar en las labores del campo, cogía el caballo y se iba, de noche, a Santaolalla a recibir clases con un maestro de aquel pueblo vecino. También recordaba que cuando partió a Bilbao, aquí no había para todos, no llevó ni maleta. Se fue sin nada. También cantó un poco. Gracias, Luis.
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La escuela de Luis Feb2016 |
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