El sol y su cálido sonido de luz. Arboles fornidos llenos de brío y empuje agitando sus ramas y dejándonos ya cobijar bajo su sombra sonora. El agua, con su color, su brillo y con su inconfundible sonido a frescor. Sonidos que nos envuelven, sonidos todos de resurrección de vida. Sonidos de Primavera.
Arpas, campanas, trémolos de cuerda, golpes de gong chino en continuo crescendo. Una orquesta al completo y en todo su esplendor nos hace llegar un sonido ciclópeo, enorme, rotundo y firme. Sin duda un sonido pensado para hacernos pensar en levantarnos después de caer. Sonido concebido para sobrevivir, casi diría que para Resucitar.
Texto y foto: Aurora Espiga.
|
Juan nos presenta “Resurrección” de Gustav Mahler Abril2017 |
|