Aquellos carros cruzando el Ebro. El otro día, tras hablar del accidente de los Altos se me apareció esta vieja imagen de Valdivielso. Pensé en cuan distinto era el tiempo del viaje, del viaje largo de los cortos recorridos. Pensé en el traqueteo y en la brisa, en el polvo y el sudor. Pensé en el sueño y el frío. También, viendo el paisaje, pensé en preguntaros dónde situaríais este vadeo. Pues eso, decidme algo de esta joya de principios del siglo XX del archivo de Lola Bermúdez

Nel es un joven pastor asturiano al que sus vídeos en las redes sociales le han hecho famoso. Aunque su familia nunca tuvo ganado, hace años decidió apuntarse a la escuela de pastores que había en Picos. Hoy vive de sus 30 cabras y sus dos vacas. No pidió ninguna subvención porque cree que, tal como están montadas, solo sirven para esclavizar a quien las pide. Vive del queso que produce entre mayo y septiembre, sin lujos materiales pero feliz. Bovia, es la pequeña aldea desde la que lanza sus vídeos. Al principio facebook era el lugar dónde almacenabas esos vídeos divertidos que tenía en su teléfono. Ahora las denuncias y la crítica son parte importante de sus comentarios. Quiere que despierten a los habitantes de las ciudades. A ellos se dirige para que se conciencien de la importancia del mundo rural, de lo importantes que son para el mundo los productores de alimentos sanos, los creadores de paisaje. Cree que las redes sociales sirven para sacar a la luz las "causes pequeñes". Cree que una de las razones por las que los pueblos están como están es la desmoralización de sus habitantes. Critica lo que él llama "ecologismo disney", el de aquellos a los que llama "pisapraos o comeflores, gente que ni conoce ni quiere conocer la realidad del campo". A veces, se le calienta la boca y mienta mucho a la santina. Habla en un asturiano al que llaman "amestao", uno de los idiomas de nuestra tierra que se entiende perfectamente. No sabemos si su mensaje calará como el "orbayu" de su tierra.

Era uno de esos momentos del día en el cual ruido y follón, en este mi Pueblo Grande, nos dan una tregua. Tiempo que los que por aquí habitamos aprovechamos para poner en práctica una ya casi rutina consistente en “atravesar las calles por donde nos viene bien”. A ello iba, cuando al salir de una acera en sombra un chorro de luz y calor me ha dejado casi clavada al asfalto. Su origen no podía estar más a la vista: prendido en un perfecto cielo azul estaba uno de esos soles tremendos, brillantes y rampantes que con determinación comienzan a alargar los días.

Está claro: hemos comenzado a decir adiós al anciano invierno.

Ayer teníamos nueva cita con Suqlat, nuestro grupo de teatro radiofónico. Lo previsto era "Alicia en el país de las maravillas" pero la muerte de Felisa, suegra de Inma y muy querida vecina de Céspedes, hizo que el guión se rompiera. Ellos, pese a todo, no quisieron faltar al encuentro y pasamos un hermoso y emotivo rato. Además de alimentos, nos regalaron el libro de Manu Leguineche "La felicidad de la tierra". Felicidades que se encuentran, la de haber conocido a Felisa, la de compartir un buen rato de radio.

El día que Mercedes y Jose pasaron por la emisora descubrí que ella había nacido en Quintana, en el mal llamado Palacio del Inquisidor. También que tiene un montón de recuerdos de los nueve años que vivió en ese lugar. Isidoro y Florentina eran sus padres. El payo estaba repleto de gallinas y recuerda los grandes cestos llenos de huevos con los que su madre complementaba la ajustada economía familiar. Se acuerda de los muchos partos de la vecina y de como los niños iban a su casa, esperando ver la llegada de la cigüeña. Ella estudiaba en el colegio de niñas de Quintana y a la hora de comer,cuando había lentejas, se escapaba a Valdenoceda, a la casa de sus abuelos. Habló de la televisión del cura, Don Manolo, que les dejaba ver "Reina por un día", de su ducha en el arroyo de la calleja...El chicharrillo de Barakaldo la unió a Jose, otro emigrante, en este caso extremeño. Una gozada compartir sonrisas y memoria.