Toldos en las calles, lámparas de cintas y candelabros. Sillas en un absoluto desorden, ordenado con meticulosidad, contemplan el ir venir de la gente desde muy pronto. Señoras con mantilla, muchas, muchísimas. Sombreros, abanicos y gafas de sol. La “tele” y millares de ojos digitales. Tomillo alfombrando el suelo, al pisarlo las calles se impregnan de un maravilloso aroma que empapa el aire fresco de la mañana… y unos tapices centenarios, únicos, bellísimos, colgando con absoluta normalidad en los muros ancestrales de una de las catedrales más bellas que conozco. Torbellino de sensaciones que te envuelve, como envuelve este sonido de hoy muy conocido por todos ustedes y que les traerá, sin duda, recuerdos de sensaciones vividas.
Toledo y el Corpus. Charpentier y su Te Deum.
Texto y foto: Aurora Espiga.
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Juan nos presenta "Te Deum" de Marc-Antoine Charpentie Junio2017 |
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