Desde hace unos días los deportistas pueden entrenar en el exterior de las casas. Valdivielso tiene en los hermanos Olabarria Valle a sus representantes en el equipo de fútbol más importante de la zona, el Nela. Con Jon y Ander quisimos charlar sobre sus entrenamientos en estos días de encierro y de su trayectoria deportiva. Se están machacando tanto que hasta han perdido peso. Jon, además, había datado 28 variedades de orquídeas y algún corro de perrechicos. Todo ello en el entorno de su casa. Jon comparó a su hermano Ander con Xavi. El pequeños de los Olabarria es el actual buque insignia del Nela pero no canta. Dos niños de pueblo que, casi sin darnos cuenta, se han hecho grandes.
Días antes hablamos con los waterpolistas Sonia e Iñigo. Ellos están en Población echando de menos el agua y felices. Quien llamó fue su madre, Pili, que está disfrutando de su trabajo de informática desde su pueblo. La situación provocada por la pandemia ha demostrado que se puede teletrabajar desde Valdivielso. No le importaría poder seguir haciéndolo en el futuro.

Hablamos con Montse y Mari Luz, enfermera y médica del Centro de Salud Burgos Rural Norte. Queríamos saber cómo estaba nuestra Montse y ver qué valoración hacía de la decisión de la Junta de no solicitar el paso a la fase 1. A la conversación se unió la Doctora MariLuz. Consideran que es una decisión prudente y adecuada, especialmente, tras ver cómo están la calles de Burgos en las horas en las que se puede pasear. Mari Luz lleva 30 años ejerciendo su profesión y se siente muy orgullosa del trabajo hecho estas semanas, también de su equipo. Considera que esto es un aprendizaje, muy duro, y afronta lo venidero con ilusión, pese a todo. Fue emocionante escucharlas. Gente vocacional que nos ilumina.

Asomado a la ventana, mirando pasar el agua, abrazado a Gian Carlo, como el rio Adigio abraza a Verona, Samuel susurró a su oído: yo soy tu mar y en mí te has de derramar. Son tus brazos los meandros y tu corazón vereda tranquila en la que he de dormir.

Después Samuel se sentó y compuso el adagio para cuerdas. esta pieza de Samuel Barber es uno de los mejores ejemplos de la motivación de un artista frente a su composición. Su uso se hizo popular en escenas de dolor y muerte (atentados del 11-S, Platoon, El Hombre elefante, El aceite de la vida), pero lejos de la interpretación que se ha hecho de su música, Samuel Barber se encontraba en Italia cuando lo compuso, acompañado de su amante y libretista Gian Carlo Menotti, a la edad de 26 años y en plena y absoluta felicidad.

La composición está basada en un pequeño pasaje de Virgilio que describe cómo un riachuelo se va convirtiendo poco a poco en un gran río que va a dar al mar. Quizás por eso Barber utiliza un tipo de composición que se denomina secuencia, propia del barroco, como Vivaldi o Albinoni, que utilizan una melodía que va variando en intensidad y tesitura, aumentando el tono del patrón musical, hasta alcanzar el clímax.

Quizás el mismo que alcanzaba él estando con su amante, desbordado. No compuso Barber nada más de interés, pero pelea esta obra por ser una de las "más tristes del mundo", que más se inmersa en el alma del hombre. Pero si supiésemos cómo y dónde está compuesta, quizás decidiésemos que no es un tema triste, ni mucho menos.

Javier Gutierrez acababa de dar su primer paseo después de 50 días. Sentía que los deportistas se acercaban mucho a los paseantes y eso le inquietaba. Inquietante también es la situación económica en tiempo de pandemia. España parte de una situación distinta a otros países europeos. Como elementos negativos, la menor recaudación fiscal y el incumplimiento de los niveles de deficit público. Frente a eso partíamos también de un buen nivel en nuestras exportaciones y del turismo. Sin embargo, ambos sectores han sufrido también un durísimo golpe.
"En la actual situación todos los sectores tienen legitimidad moral para pedir ayudas" cuenta nuestro economista de cabecera. Ayudas que necesitan de gasto público y mayor endeudamiento. A partir de ahí hablamos del papel de Europa, de la política fiscal, del problema de liquidez o de actitud de los ciudadanos. "De Europa podemos esperar algo pero no podemos esperar todo". Muchas y muy interesantes cosas las que nos cuenta Javier, como siempre. En cualquier caso, la evolución de la pandemia y un posible rebrote serán determinantes en la evolución de esta crisis.

Marieta partió el 7 de marzo para Filipinas con la intención de disfrutar de veinte días de vacaciones. La crisis del coronavirus la cogió allí y ha estado estar casi dos meses confinada en aquel caluroso país. El pasado viernes 24 aterrizaron en Barajas 160 españoles repatriados por el gobierno. Entre ellos Marieta, la hijas de Prisci de Población, que eligió Valdivielso para confinarse. Aquí nos cuenta la aventura de esos días con sabor a arroz y playa. "Lo peor, sentir el rechazo por mi lugar de procedencia, por primera vez, ser blanca y europea, era un motivo de rechazo, espero sirva para ver a los que huyen de sus países por la guerra, ideología política, condición sexual, o cualquiera que sea su motivo, de otra manera y se les reciba con los brazos abiertos". Salamat.

"Estoy muy baja. Tengo una pena". Así comenzó nuestra conversación con Penitas. Después llegó la emoción, la memoria y la alegría de sentirse, de alguna manera, en Valdivielso. Aunque está muy bien cuidada, echa de menos a sus vecinos, a toda la gente querida de Quecedo. "Qué feliz sería yo en el valle". Se mezcla en la conversación los recuerdos del tiempo de trabajo con el de la fiesta: "Siempre que había una reunión, allí estaba Penitas. Hacíamos unas hazañas... Ahora estaría preparando todo: tomates, pimientos, patatas, lechugas... Todo listo para el 8 de junio". También aparece la niñez, su madre Adelaida, las habas en puré...
Le sentó tan bien que hemos quedado en llamarla todas las semanas.

"Cuanto me gustaría, a esta edad, poder dar clases de pastoreo a los chavales. Lo haría por la cara. Solo por la satisfacción de enseñar lo que he aprendido durante estos años en el campo". Un campo y un ganado del que sigue aprendiendo cada día Eugenio, el pastor de Robladillo. Volvimos a charlar con él y esta vez estaba de nuevo al careo. Ya no se sentía como un león enjaulada, se le notaba feliz. Estaba con unas 200 ovejas y su perra Lisa. El día estaba ventoso y eso, parece, que las descoloca mucho. Mientras hablaba dirigía a la perra, mandaba al ganado. Disfruta hablando de cómo está el campo o de la satisfacción cuando al final del día "le canta la golosa" a su rebaño."Si no fuera por la rodilla derecha estaría de maravilla". Cada día se ve en el espejo y agradece el regalo.También se paró en la situación del país en medio del coronavirus y no pudimos evitar sentir que teníamos un analista mucho más sabio que la mayoría de los que vomitan sus análisis cada día en los medios.

La pasada semana Vladimir nos propuso preparar un buen puré de ortigas y con el caldo sobrante hacernos un té. En la conversación también aparecieron los ombligos de venus como complemente tierno de nuestra ensalada. En mi casa las llamamos orejas de Shreck y aún no las hemos probado. Hay tantas plantas comestibles en el camino que, quizás, no tengas que ir a la compra todas las semanas.