Los italianos que pasaron por Valdivielso durante la guerra civil se habían colado en nuestra radio a través de los relatos de Félix, Gaspar, Esther, Leo o Sioni. El hambre que quitaron con  la pasta, el romántico soldado que cantaba serenatas a la joven de El Almiñé, las cerezas recogidas desde los camiones, su amor por los niños, su supuesta cobardía. A Carlota Martínez su tía Regina siempre le hablaba de aquel teniente italiano del que guardaba un grato recuerdo. Eso hizo que comenzara una tesina con la intención de conocer más del paso de los italianos por el norte de Burgos durante la última contienda. Carlota llegó a nosotros buscando nuevos testimonios y nos dejó apasionantes novedades. Confirmó algunas sensaciones y desmintió algunos tópicos.

Miguel Ángel García Arias, aunque tenía referencias de nuestra radio, descubrió el pasado fin de semana el Valle de Valdivielso.  Es técnico en desarrollo rural en su pueblo granadino, Galera,  y antes lo ha sido en varios países de Latinoamérica. Obviamente habría sido imperdonable que no se pasara por nuestros estudios. Allí hablamos de cómo llevar a cabo un proceso de desarrollo rural. Opina Miguel Ángel que lo principal es cambiar la manera de ver las cosas, "no focalizarnos en lo que nos falta, en lo negativo, sino en cuales son nuestras capacidades, nuestras fortalezas". También habló de lo importante que es juntarse, participar, discutir, disponer de información rigurosa, salir, conocer otros proyectos de cara a tener una visión de lo que nuestro valle puede ser en 10 o 15 años. Empezamos hablando de la cueva vivienda en la que vive y acabamos descubriendo lo que esas "infraviviendas" han supuesto para el desarrollo de aquella zona.