Joserra Rodrigo pidió a los reyes magos que The Band y "El último vals" se pararan por Frías 40 años después. Joserra lleva meses trabajando para que ese sueño sea una realidad los próximos 1, 2 y 3 de julio. En la conversación que aquí puedes escuchar se mezclaron algunos recuerdos de sus veranos en el pueblo de sus raíces y toda la pasión musical que le he hecho ser quien es. Escucharle es contagiarse de su entusiamo. "Se han programado conciertos en el Patio de Armas del Castillo de Frías, con varios artistas que se han sumado a la iniciativa desde diferentes lugares del país. Y acudirá también, con carácter estelar, la banda inglesa Danny & The Champions Of The World.
Además, se organizarán actividades complementarias de interés como charlas-coloquios con especialistas en el Vals, exposiciones, pasacalles y animación con micros abiertos por las calles de la ciudad medieval". Este sábado se podrá ver la película de Martin Scorsese allí para ir calentando motores. Si no quieres quedarte sin entradas llama al 947358011.
Más información en elultimovalsfrias.jimdo.com

Antonino, con 75 años vividos, sigue teniendo la misma pasión por la campanas que sentía cuando, al salir de clase los sábados, corrían al campanario para tocar "a mañana fiesta". Siempre y cuando les dejaran los mayores. Hablamos con él a raíz del encuentro de campaneros que se celebró el pasado sábado en Puentedey, su pueblo. Nos contó el diferente número de clamores que se tocaban a muerto, según quien hubiera fallecido. Desde uno, si el protagonista era un forastero, a siete, si el muerto era el Papa. Se paró en los toques que marcaban el ritmo del día y aún recordaba la imagen de su abuelo, cuando a la hora del Ángelus, dejaba la labor, se quitaba la boina y se ponía de pie al oír las campanas. También habló de los toques civiles como el de la vereda... Escuchándole no pude evitar sentir cierto hermanamiento, ellos también trasmitían las noticias del pueblo. Lo contó todo con la emoción de quien ama lo que hace. También nos habló de su preocupación porque esa tradición se pierda. Para despedirse nos leyó un poema de Rosalía de Castro. En la imagen de Elena Alonso de Armiño se ve a Alberto, maestro de pequeños campaneros en Valdivielso.

Yo las amo, yo las oigo, cual oigo el rumor del viento, el murmurar de la fuente o el balido de cordero. . Como los pájaros, ellas, tan pronto asoma en los cielos el primer rayo del alba, le saludan con sus ecos. . Y en sus notas, que van prolongándose por los llanos y los cerros, hay algo de candoroso, de apacible y de halagüeño. . Si por siempre enmudecieran, ¡qué tristeza en el aire y el cielo! ¡Qué silencio en la iglesia! ¡Qué extrañeza entre los muertos!

Ya habíamos visto las fotos y escuchado los sonidos. Ahora, gracias a nuestro amigo Txemi, llega LA PELÍCULA. Un magnífico resumen, poco más de 10 minutos, de lo que pasó el 21 de mayo en la celebración de nuestro XV Aniversario. Gracias por el gran trabajo.

Aquella espera se alargaba y se alargaba indefinidamente en medio de un ruido infernal pues el recinto estaba lleno. De pronto sentí que se hacía un silencio total, tan denso que podías casi sentir los latidos de todos los corazones que allí estaban. En segundos se decidiría todo. Segundos después ese silencio estallaba por los aires y un grito, que tenía bastante de aullido y mucho de gutural, me envolvió por completo… entonces, me tocaron el hombro… ¿Qué prefieres blanco o tinto? Blanco naturalmente y levanté la nueva copa que me acaban de traer, pensando todavía en lo que había sentido.

Estos días de volver a sentir a Pedrito tan cerca, no he podido dejar de acordarme de aquel día en que le homenajeamos por su 80 cumpleaños. Y me ha venido esta imagen que, ampliada, le regalamos junto a su clarinete restaurado. Le imagino joven, con la vara de mando y guiando al pueblo.

Hace unos días apareció por la emisora Javier Ortiz para hablarnos del proyecto que acaba de terminar. Se trata de un vídeo en el que ha recorrido "Los pueblos del silencio" que Elías Rubio describiera en aquel libro inolvidable. Se titula "Donde habita el olvido" y próximamente lo presentará en Valdivielso para, con mesa redonda posterior, hablar de ruralidad. Entre las cosas que contó, nos citó Loranquillo, un pueblo en el que sus dos últimos habitantes eran ciegos. Estuvieron así 24 años, no hace tanto tiempo. La sorpresa llegó por la tarde, cuando compartió en nuestro muro el vídeo que aquí podéis ver y en el que une San Pedro de Tejada con Radio Valdivielso, donde se escucha el corazón.