Escuchen estas notas que nos llevan queramos o no, a mover nuestros dedos e incluso a nada que nos descuidemos los pies, distraídamente, golpearán con ritmo el suelo.  Un sonido que nos engancha y del que su autor, no obstante, llegó a decir “Hay en él mucha imaginación, pero poco arte”.
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Y algo de razón con esto de la imaginación tenía, tiene, pues enredado en sus notas vive desde hace mucho tiempo la imagen envuelta en polvo, sonido y luz de un pequeño taller al que solía acompañar a mi madre a comprar cacharros. Escondido en una calle muy estrecha y empinada, de este mi pueblo grande, fue donde vi por vez primera cómo el movimiento de un pie y la delicadeza de las manos de un hombre daban forma a una masa de tierra y agua.  Era un taller de alfarero, que ya no existe, donde el barro cobraba vida.
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Recuerdos...  y si, algo de imaginación.

Hace dos años nuestro ayuntamiento acondicionó y señalizo 8 senderos de pequeño recorrido. Recorren buena parte de nuestros pueblos y muestran algunos de los muchos rincones espectaculares que tiene el Valle de Valdivielso. Suele ser habitual que paséis por nuestra emisora en busca de los folletos que en su día se publicaron. También algunos afirmáis no haberlos localizado en la red. Por ello hemos decidido colgarlos en nuestra web y que de ese modo  podáis descargarlos con mayor facilidad. Buen camino.

Coincidiendo con la presentación en Burgos de la asociación "Sanidad Pública Sí", charlamos con la Doctor a Mª José Pereda, una de sus componentes. Nos habló de la situación actual de la sanidad pública en nuestra provincia, de las cifras que envuelven la construcción y funcionamiento del HUBU e incluso de su paso, como médica de pueblo, por las Merindades. Esta asociación nace como consecuencia de la creciente preocupación de profesionales sanitarios de la provincia que perciben el grave riesgo que corre la sanidad como sistema público y universal. A ella también se suman otros colectivos ciudadanos y los propios usuarios.

Lucila murió la pasada semana a los 91 años. Toda su vida la vivió en Tartalés de los Montes, uno de nuestros pueblos más singulares. Hace siete años mantuvimos con ella una interesante conversación en la que, además de cantar, nos contó algunas de sus peripecias vitales. Con diez años y con el burro llevaba el yeso hasta Quintana y El Almiñé. Ella y su hermana regresaban de noche, el hambre lo combatían con un nabo entregado por algún vecino.