Seguimos con las despedidas. Esta vez le ha tocado a Antonio de Valdenoceda. Vivía en el valle hace muchos años, desde que se vino a trabajar a la Panadería del Chisco, procedente de Vizcaya. Antonio nació en La Línea (Cadiz), su acento gaditano le delataba nada más abrir la boca. Un día que pasó por la emisora le engañé y charlamos un rato en antena. Me contó que le echaron del colegio con 12 años. Parece que no cabían más en la escuela. Se puso a trabajar en una panadería. De 9 de la mañana a 5 de la madrugada. Cuando salía se iba con Manolo "el tranquilla" a cantar flamenco a los bares y beber anís.También habló de un amigo torero "Panaderito" que arruinó el negocio pagándose corridas, de la lucha obrera, de los emigrantes. Habló de la poca memoria que tenemos los españoles cuando rechazamos a los que vienen de fuera. A Valdivielso llegó por su afición a la pesca. Con R12 y una tienda de campaña. De casualidad, después se compró una casa y la fue arreglando poco a poco. Antonio tenía 70 años y una salud frágil. Tras luchar contra el cáncer los últimos dos años, ayer murió en casa al lado de los suyos. Dejó todo explicado y pidió que sus cenizas volvieran a su infancia, a su Cai. Imagino que por estar más cerca de Camarón, al que tanto admiraba. Pese a lo mal que lo pasó en lo últimos tiempos aún le decía a la médica, me contaba hoy una de sus hijas, que estaba dispuesto a volver a Burgos para seguir peleando. Ya descansas, amigo. Aunque también dejó dicho que no quería despedidas, nosotros se la haremos mañana, recordando aquel rato pasado en nuestra emisora. En la imagen, junto a su inseparable Trini, otro día en el que se acercó, pese a estar pachucho, para firmar en defensa de la sanidad pública y para que no eliminaran el puesto de enfermera de Valdivielso.
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Antonio: de La Línea a Valdivielso
Agosto2017 |
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