Una puerta abierta en una estrecha calle. Tras ella un patio de paredes blancas y macetas llenas de flores. Es aún muy de mañana y el suelo, recién regado, impregna el aire de gotas de agua. Huele a barro y a flores mojadas… allí podríamos quedarnos pacientes, sin prisas y más pronto que tarde el sonido que hoy traemos tomando forma de mujer, podría atravesar la vieja puerta de madera pintada en rojo sangre en esta estrecha calle del centro de Sevilla.

Unos cables, andaluzamente retorcidos nos dicen que no va a ser así … Pero hoy, su voz, la voz eterna de Carmen, envuelta en rojos volantes, si se deslizará entre todos nosotros y por todos los rincones del Valle.

Victorina y Feliciano forman una de las parejas más longevas de Valdivielso. Hace unas semanas pasamos un rato charlando a la puerta de su casa del barrio de Santa Lucía de El Almiñé. Allí cerca nació él. En Toba, un poco más lejos, ella. Vitorina por fin me aclaró su relación con Condado, descubrí que su madre era hermana de Saturnino, el padre de Cisis, Candelas y el abuelo Jesús. Alguien del que sé muchas cosas sin haberle conocido. Feliciano apenas oye aunque eso no le ha hecho ser más serio y sombrío. "Sordo y alegre" se define mientras no para de reír. El maestro Mateo les enseñó a cantar a Pedrito, Liano y a él las misas. Dice que era buen estudiante. Victorina se acuerda de su maestra en Santaolalla, exigente y buena. También de las tardes trabajando en la confiteria de Gredilla. 91 y 93 años llenos de trabajo e hijos.

"Aprender compartiendo palabras" es el proyecto educativo que que el CRA (Colegio Rural Agrupado) Rosa Chacel de Pedrosa de Valdeporres ha puesto en marcha este curso. Basado en el modelo educativo Comunidades de Aprendizaje hace partícipes a todos los interesados. Hoy han pasado por nuestros estudios y hemos soñado juntos. Vera es la maestra, Marina una de las alumnas, Pepe un botanófilo jubilado y Rosa, entre otras cosas, madre. Marisa venía de guía tímida. Están todos encantados y se les nota. Vera es una madrileña que quiso ser maestra de pueblo hace 14 años, eligió Soncillo y aquí es feliz. Seguro que hay muchas más deseando venirse al campo.

«¡Cuántas personas han existido antes, para que nosotros existamos ahora!», decía mi dulce y reflexiva sobrina Monika, contemplando un árbol genealógico muy sencillo que solo se remontaba hasta sus bisabuelos. Por mi parte, yo suelo sentir cierta tristeza al ver tantos nombres de aquellos seres a los que ya, en la mayoría de los casos, ni siquiera podemos poner rostro. ¡Tantas vidas olvidadas! Sin embargo, decir en voz alta sus nombres, encontrar lazos de parentesco, averiguar dónde y cuándo nacieron y vivieron, … es como darles un soplo de vida durante un breve instante. Existieron, luego existen.

Creo que a todos mis primos de origen quecedano, tanto los que son carnales, como los primos segundos y terceros (no por ello más lejanos), les gustaría saber de dónde viene ese apellido nuestro tan raro que, dentro de las Merindades, solo se encuentra en el Valle de Valdivielso. Os contaré, de manera resumida, hasta dónde he podido llegar. No es todo lo que desearía averiguar, pero, de momento, es parte del camino. "  [Seguir leyendo]