Mañana a las 15 horas se celebrará el funeral en la Iglesia de San Vicente de Arroyo.
Hoy la recordamos, de la mano de Juanra, desde esta página que también era suya.
En el día de hoy se nos ha ido Margarita Mata Fernández, a la que últimamente gustaba identificarse como Tesla en Arroyo. Llevaba el nombre de su abuela paterna y, como se acredita en la foto adjunta de esas de hace veinte teníamos más de veinte años, toda la belleza de su abuela materna Piedad, la mujer de Valentín el Carpintero de Arroyo, ese abuelo que tanto la quiso que a todos nos hubiera gustado tener.
Compartí con ella muchas cosas: sus primeros, y los míos, años en la Escuela Unitaria de Arroyo de Valdivielso y siempre me recordaba que, aunque era la única que tenia la foto del curso 66-67 de la misma, era también la única que no salía en dicha foto, pues ese día también estaba enferma (que mala salud de hierro la tuya querida Marga, en cualquier caso que nos quiten lo “bailao”, pues serás de las pocas que ha sobrevivido a la picadura de una víbora – a la puerta de la casa de Zeppelin- y, además, habrá pocas personas en el mundo que hayan toreado la enfermedad, esa de la que se ha disfrazado la parca que se te ha llevado, tantos años); Pero me gusta más recordarte quemando el monte con tus hermanos Paco y Juan Luís y mi hermana Rosa, cogiendo cangrejos con el segundo de tus hermanos (el primero, mi hermana y tu, como les teníais miedo, nos acompañabais desde la ribera metiendo en la cesta los que os tirábamos) y; sobre todo, jugando al mus, pues digan lo que digan tus hermanos tu eres la mejor heredera de tu tío Colas, maestro de maestros en esto del mus.
Paco padre, Angelines madre, mis queridos Paquito y Juan Luís, todos tus tíos (animo Amparo y compañía) y primos (en especial tu prima Mari Carmen, Matiri, que tanto jarabe de palo del bueno te ha dado en estos últimos años de dolorosa enfermedad para que aguantaras como una jabata) y tantos y tantos amigos (acabo de ver otra foto tuya a los pies de Pitín y con toda la chavalería –menos yo- de Arroyo que también podía haber elegido) comparto de verdad vuestro dolor que es también el mío. Pero como ya se que no te gustaría vernos tristes, en cuanto pille partida volveré a jugar al mus y, en tu honor y el de tu tío Colas Mata, echaré ocho a chica para ganar con treinta al punto.
Juanra