La tribu se juntó en la cueva de Toba para escuchar las historias que traía el chamán. Y apareció Bernstein, beethoveniano de pro, del que este año se ha celebrado su centenario. Beethoven compuso para el pueblo, para viejos y jóvenes, para los que sabían de música y para los que no. Beethoven compuso para la gente y eso le hizo inmortal. Enrique de la Peña, el chamán , nos regaló el 4º movimiento de la 9º sinfonía comentado con la pasión de quien sueña con ser el timbalista de la orquesta. Hace 39 años esa obra, dirigida por Bernstein, sonó a los dos lados del muro de Berlín recién caído. Es un himno a la libertad, también a la alegría de los libres. Decía Enrique en su presentación que Toba es un paradigma de la libertad. Paradójicamente, un sitio despoblado convertido en baluarte de la libertad. Después llegó Marcela, la pastora cervantina, con su alegato contra los que mandan o pretenden mandar.
Brindamos con alegría por los presentes, también por los ausentes. Y por el año nuevo.

Hay algo del invierno que es misterioso, completamente irremplazable. Algo desolador y profundamente hermoso al tiempo. Es como si de alguna forma necesitáramos la oscuridad de los meses de invierno para reponer nuestro espíritu interior, tanto como necesitamos la luz, la energía y la calidez del verano.

Ya lo dijo el poeta Ángel González: Es increíble: pero todo esto que hoy es tierra dormida bajo el frío, será mañana, bajo el viento, trigo. También es increíble la tenacidad de las cosas y de las gentes: todo aquello que en conjunto conforma la Tierra y el Pueblo y las dos cosas juntas la Poesía.

Duerme ahora la escuela de Toba. Es invierno. La ve uno así, algo desamparada ahora y piensa: qué maravilla defender lo soñado, pensar que despertará en primavera y no será uno el que la traicione. Eso es estar en paz con uno mismo y con sus ideales.

El programa de Sonata Fácil e Invierno propone acercarnos a una música calmada y recogida, entrando y saliendo a través del tiempo con pasos poéticos breves.

"Casi todos nosotros recurrimos a la música para afrontar el dolor emotivo. Estas observaciones sugieren que deberíamos aprovecharla también para mitigar el dolor físico. Y efectivamente, la música es terapéutica.

Sea marcando con el pie el ritmo de una samba o escuchando con los ojos llorosos una balada, nuestra respuesta a la música es casi instintiva. La ciencia sin embargo anda como loca intentando explicar cómo y porqué actúa la música así en los humanos, no sólo en lo emocional, también en lo físico. ¿Por qué suscita emociones, inspira ideas, define identidades e incluso calma el dolor postoperatorio?

Este es un programa que inspecciona la música clásica como remedio de males y bálsamo de heridas."

"Aún existe espacio más acá de la última frontera, millones de kilómetros hasta el límite. Hay maneras de no instalarse en la incierta inercia de existir; es posible vivir. Se trata de hacer de la vida un interludio amable, distraer el tedio, entretener la aflicción abriendo las puertas a la armonía, reservando espacios sensibles para la contemplación y la reflexión.

Consiste en compartir sentimientos que se expresan en el milagro de una sonrisa, apelando a una melodía a una fotografía o al lirismo de cualquier lectura. Mientras habitemos el tiempo y el misterio de los días que encierran un color, un abrazo o un susurro, una canción; mientras seamos suficientes para alguien, mientras alguien o algo sea necesario para nosotros.

Sin invocar a ningún dios, sin solicitar la ayuda de ningún héroe. Esto es el afán; el resto son sólo objetivos"

Sonata fácil nos trae hoy a Johannes Brahms, el eterno enamorado, el eterno incomprendido. Se entrega con pasión a su vida amorosa y con un cerebro privilegiado y una estructura germánica en su cabeza a la composición. El padre de la música de cámara. Le tocó convivir con la larga sombra de Wagner. También que le acusaran de plagiar a Beethoven. También en la música de clásica de aquel tiempo había barras bravas. A la salida de una sala de conciertos había un cartel que anunciaba: “Salida de Emergencia en caso de Brahms” . Hoy, Enrique nos invita a disfrutar de algunas de las maravillas del eterno enamorado.

Es otoño en el valle. En breve invernará con las primeras aguanieves fugaces y los cuatro o cinco días de remolinos de hojas dando vueltas en las esquinas de un caserío.

Imagínate a primera hora de la mañana, la sombra de las nubes avanza deslizándose en un alud de umbría, arrastrándose y agarrándose sobre unas montañas que te miran desde el otro lado del valle; unas nubes hechas jirones, negándose a abandonar la humedad del bosque, anclando sus uñas rotas contra la rocalla de la sierra de la Tesla, coronada durante las últimas semanas por un cielo plomizo.

Me gustaría que caminases conmigo, pisando sobre la hiedra esparcida sobre el suelo y agarrada por doquier encima de los tejados, en una villa que te quiere mirar suave y pálida por la neblina. Quiero que pasees por la penumbra que hay bajo los quejigos y las coscojas, abriéndote paso con tus brazos entre escaramujos, majuelos, saucos y cerecillos. Una espesura que se junta con el borde de las nubes de esta mañana en la que te he situado, sin saber qué es cielo y qué es sombra de árbol.

A esta hora sólo se escucha el silencio y una música mínima.

"La música hunde sus raíces en nuestro pasado más remoto, en los albores del ser humano. Hace más de 30.000 años, el hombre ya hacía sonar flautas, instrumentos de percusión y birimbaos.

Pero seguro que antes que eso, mucho antes el ser humano cantaba, las madres arrrullaban a sus crías, los chamanes adoraban cantando a los dioses y la tribu, en torno a una celebración danzaba y cantaba. Es la música en lo profano y en lo sagrado, y siempre en la vida. Sonata fácil para la misa y la taberna, también. "

En ocasiones me imagino el Valle como lo fue en tiempos de Cervantes. Ambientes recogidos, noches más íntimas. Espacios y tiempos en los que la música, junto con cualquier pensamiento, se contiene y se abandona, sin temor a la disgregación. La música de este programa puede dar armoma al aire de otoño cargado de un tiempo flotante.

«Quiero que sepas, Sancho, que todos o los más caballeros andantes de la edad pasada eran grandes trovadores y grandes músicos, que estas dos habilidades, o gracias, por mejor decir, son anejas a los enamorados andantes».

Don Quijote de la Mancha I cap.23. Miguel de Cervantes

"Ghiyath era los oídos y los ojos del viejo contador de cuentos. Cada mañana le acompañaba desde su casa, atravesando el zoco, hasta el centro de la plaza. Allí le dejaba sentado junto a un puesto de especias.
Con la punta afilada de una rama de cerezo escribía sobre su palma el nombre de las cuentos que la gente deseaba escuchar y luego las preguntas que le iban formulando a lo largo de la narración.
Una mañana el anciano presintió que nadie a su alrededor escuchaba su relato. El niño le caligrafió con suavidad que todo el mundo se concentraba al otro lado de la plaza en torno a una caja de madera de la que salían voces y música. Entonces el viejo cerró la mano y apretó el puño. Y fue así que no quiso escuchar nada más. Nunca".
"Aquí os dejo nuestro quinto programa de radio. Me gusta contar historias que luego salen por las ondas. Esta vez cuentos y música clásica para niños… y no tan niños. Me siento con Jokin Garmilla en la radio como el viejo contador de historias. Supongo que él es Ghiyath"

Enrique nos propone hoy un juego a través de algunas piezas clásicas que han sido incluidas en películas. Se trata de adivinar en qué película las hemos escuchado. Tan pronto huele a napalm como nos adentramos en un casino o viajamos al espacio.

Beethoven es el protagonista de la tercera entrega de "Sonata fácil", la sección de Enrique de la Peña. Estamos ante la tercera pata del banco. Ante el “Espíritu Santo de la Santísima Trinidad musical”. Un genio alocado…un temperamento quizás enloquecido…. Pelo desbaratado, impulsivo, el ejemplo del hombre del romanticismo…En un tiempo revolucionario él no podía ser otra cosa. Lo que Enrique no imaginaba es que, mientras emitíamos el programa, pequeñas revoluciones iban a envolver sus comentarios.

La música de Bach hace visible lo que resulta borroso. La música de Bach es la expresión, la emoción, los sentidos, los afectos, las pasiones, los deseos. La música de Bach calma y turba, te da aire y te deja exhausto. Es la caricia y la lástima, la paz y la generosidad, es un enorme delta de sentimientos que desemboca en un océano de luz y claridad; y como decía Cervantes donde hay música y yo añadiría, donde hay Bach, no puede haber cosas malas.

-Señora, donde hay música no puede haber cosa mala.
-Tampoco donde hay luces y claridad – respondió la duquesa.
(Quijote, 11, 34)

"El mundo tiene salvación, según Borges, entre otras cosas porque existen hombres que agradecen que en la tierra haya música. La verdad es que se encuadran éstos en otro grupo variopinto entre los que destacan aquellos que cultivan el jardín, los que descubren el placer de una etimología, los que juegan un silencioso ajedrez o los que acarician a un animal dormido. En definitiva, aquellos que hacen de la vida un lugar más fácil, una sonata más agradable, un planeta más sencillo".